La población dominicana ahora se encuentra bajo asedio por tres frentes que amenazan con destruirla. Aunque algunos más rápido que otros, los tres tienen al final el mismo objetivo, y peor aún, la capacidad de lograrlo.
El primero de estos frentes se ha hecho visible de manera progresiva pero determinada en las últimas dos décadas hasta llegar a un punto crítico.
Hablamos de la criminalidad en la República Dominicana, que en poco más de veinte años a llevado a la ciudadanía a temer salir de sus casas por temor a que un motor o vehículo que se encuentre pasando por la calle haga un giro y atraque o peor.
Ya nisiquiera se pueden usar los servicios de delivery de las diferentes plataformas como Globo o Pedidos Ya, pues los criminales han conseguido el atuendo y los signos distintivos de estás para ingresar a hogares, atracar cometer violaciones y homicidios durante estos allanamientos ilegales.
Nisiquiera las instituciones públicas han logrado que sus uniformes e identificaciones sean respetadas por los criminales, quienes se han hecho pasar por miembros de diferentes instituciones como Salud Pública, para ingresar a viviendas bajo el pretexto de un operativo de vacunación.
El segundo de estos frentes ha utilizado como escusa aparente al primero a pesar de tener un objetivo totalmente diferente y oculto del publicitado.
Nos referimos al Estado Dominicano, cuyos miembros, cada vez que se ven atacados por la población dominicana por sus actos de corrupción (sin importar el partido político del que procedan) por temor a represalias ciudadanas, inmediatamente inician un plan de seguridad ciudadana cuyo objetivo principal, más que perseguir, atrapar y encarcelar a los criminales, es el desarme de la población.
Claro está que este plan de desarme en modo alguno nace de un verdadero interés de combatir la criminalidad, la cual actúa en la cara de todo el mundo, en todo lugar, a todas horas y rara vez es perseguida por las autoridades.
Esto se comprueba fácilmente por el hecho de que, el gobierno actual ha iniciado la reforma policial y su plan de desarme a la vez, lo que nos deja con preguntas como, ¿Quien brindará la seguridad ciudadana durante la reforma policial?
Este plan sin sentido en cuanto al objetivo supuesto o aparente, ampliamente publicitado por el gobierno, ha sido propuesto por todas las pasadas administraciones de las últimas décadas y demuestra la falta de empatía o importancia que dichas administraciones tienen por la vida de los ciudadanos dominicanos, a quienes, con el fin de desarmarlos para continuar cometiendo actos de corrupción sin reproches, dejarían desarmados a merced de una criminalidad que no es perseguida por los órganos de persecución del estado (PN y la PGR).
El tercer y último frente se ha hecho evidente en los últimos ocho años, pero ha sido en las últimas semanas donde se ha sentido con la fuerza y la confianza de mostrarse tal cual es.
Nos referimos a la inmigración ilegal cíclica proveniente de la República de Haití. Esta masa inmigrante ilegal que viene y va continuamente entre Haití y la República Dominicana, ha mostrado su verdadera forma en los eventos recientes.
En el día de hoy circula en las redes sociales un vídeo donde se ven turbas de nacionales haitianos encapuchados, y con armamento de grado militar, dirigirse a los puntos de acceso fronterizo con el fin de ingresar a la fuerza a territorio dominicano, ya que, con motivo de las nuevas medidas de contención del Covid 19 para ingresar al país se les estaba exigiendo tarjeta de vacunacion.
Este cierre ha hecho evidente la capacidad de congregación y la cantidad de armamento de grado militar que estás masas cíclicas manejan, y que son capaces de ingresar a territorio dominicano en cualquiera de sus tantas rotaciones entre Haití y República Dominicana.
Está conducta de aglutinamiento vandalico se está haciendo cada vez más presente en el mismo territorio dominicano, dónde los grupos de inmigrantes haitianos se conglomeran para evitar que uno de los suyos sea arrestado por la comisión de algún crimen, llegando al punto de ir en grupos armadas con armas de fuego y machetes en mano a aterrorizar a los denunciantes o víctimas de sus actos criminales para que retiren la denuncia o no la presenten en primer lugar.
Está táctica ha resultado bastante efectiva y de ahí la creciente confianza de ahora actuar de forma criminal abiertamente, sin ninguna preocupación de procesos legal o represalia dentro del territorio dominicano.
Lo población Dominicana está sola en este asedio y debe comprender que nadie vendrá ayudarla. Es en manos de cada ciudadano dominicano dónde yace la responsabilidad de defender su vida y la de su familia de estos tres frentes que, sin descanso trabajan en beneficio propio y de la destrucción de la ciudadanía Dominicana.
Aquí les dejo el enlace del programa donde fueron mostradas y comentadas las filmaciones de las turbas de nacionales haitianos encapuchados y fuertemente armados, con armamento de grado militar intentando ingresar a la fuerza a territorio dominicano tras pedírseles la tarjeta de vacunación para su ingreso legal en el país.
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